EL QUE SE CONSAGRA A MI TIENE ASEGURADA LA SALVACION.

El que no se hace como niño, no entra en el Reino de los Cielos”
(Mateo 18, 3). DEL LIBRO DEJATE AMAR.
F.ABIANA CORRARO Me levanté chinchuda, la Mamá me dijo:
M.(VIRGEN MARIA)  Hijita querida, reacciona como quieras pero no dejes de venir a nuestros encuentros.

F. ¿Acaso Vos no querés que cuide mis modales?

M. Tus malos modales los hago míos. Luego de nuestro encuentro de amor, ya no existen. Yo te voy transformando. No te preocupes de lo que no puedes lograr.

Ahora digo a los pueblos del mundo:
NUNCA HE ESTADO MÁS CERCA DE MIS HIJOS.

Hija querida, hace cuánto tiempo os estoy preparando para este momento de dolorosa purificación.

Ustedes, Mis niños, pueden sentir día a día Mi Maternal protección frente a tantos otros hijos míos que viven la angustia del momento presente.

Ustedes que tiempo atrás me han aceptado en sus vidas con un “Sí” generoso, hoy pueden comprobar todo lo que he anunciado.

He dicho “El que se consagra a Mí tiene asegurada la salvación”.

Entonces, ningún temor.

Estamos en los tiempos finales, tiempos de desolación y angustia para muchos, tiempos de Gracia y Consuelo para Mis consagrados, Mis niños.

Así los quiero hasta el final, sólo niños en Mis brazos.

 

 

 

Oración de Consagración 7-9-84 275 “¡Oh Madre! Quiero Consagrarme a Ti. Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti. Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida, para que me protejas, me guíes y me consueles. Sé que en Ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará, mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en Ti fortaleza es

QUE HARIA EL SANTO CURA DE ARS HOY?

4 de Agosto del 2016
Fiesta de san Juan-María Vianney, el Cura de Ars y Patrono de los Sacerdotes

San Juan-María Vianney dice: “Alabado sea Jesús.” (Está vestido como luce en su estatua.)

“Les ruego que comprendan que hoy en día el sacerdocio, en su mayor parte, se ha entregado a la racionalización. Los sacerdotes dedican su vocación a agradar al hombre en primer lugar antes que a Dios. Hay quienes trabajan para propósitos malvados dentro del clero, aunque estén revestidos de bondad. Algunos jamás tuvieron vocación. Hay algunos sacerdotes buenos y dedicados que con mucha frecuencia son perseguidos por envidia de quienes los rodean. A menudo es difícil que un laico honesto encuentre un sacerdote con un sólido magisterio moral; uno de fe tradicional.”

“Si yo estuviera en la Tierra hoy día, volvería a desgastarme escuchando las confesiones de los que están confundidos y en situación comprometida. Como sacerdote, yo siempre puse la conversión de las almas antes que cualquier necesidad personal. ¿Cuántos sacerdotes pueden decir hoy lo mismo? ¿Cuántos ponen la popularidad, el dinero y el poder antes que la salvación de las almas? Los obispos necesitan ser obispos, líderes paternales; no dictadores. Cada vocación tiene que estar cimentada en las verdades de la fe. Si así fuera, la Iglesia ofrecería la paz y seguridad como en el pasado. Las personas no tendrían que buscar y reinventar su propia falsa paz.”

 

AMORSANTO.COM

EL QUE DUDE DE LA PUREZA DE MARIA ESTA EN PECADO GRAVE.

“La Virginidad de la Santísima Virgen María, Dogma de Fe”.

MARIA VIRGEN

Hija, me dices que te ha dolido esto que se está propagando porque es en contra de la virginidad de María. Yo te digo: el que dude de esta verdad que se ha proclamado Dogma de Fe estará en pecado grave.

Dime: de dónde vienen todos esos errores, sino de los enemigos de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Es el enemigo que trata de que la duda entre en el corazón del hombre, mas Yo te digo, si allí dice en ese escrito que Santiago es hijo de José, mi padre, es porque a María Yo la nombré madre de Juan y así de todos los que crean en Mí sí son hijos de María y Yo soy hijo de María y de José también, los que lo deseen son hijos de José y esto pasó con mis discípulos que amaron a María como mamá y también se decían hijos de José, pues ellos fueron un matrimonio santo, puro, sin jamás faltar a la pureza se amaban, mas no por la carne, sino por el espíritu. Ellos ofrecieron su castidad en ofrenda de la gracia tan grande de ser unidos por la gracia, o sea por Mí, en ellos y en medio de ellos.

Dime: ¿qué contesté cuando me dijeron en el templo, “ahí te buscan tu mamá y tus hermanos” ¿Acaso no lo dije muy claro: “Todo aquél que hace la voluntad de mi Padre son mi madre y mis hermanos.”?

Sabes, Yo tenía varios primos: Judas, Juan y otros más. A los primos hermanos se les decía hermanos. ¿Acaso tú y todos los bautizados no son mis hermanos? José jamás tuvo hijos, Yo fui su único hijo adoptivo por la misericordia de mi Padre Celestial.

6:50 p.m., 24 de octubre, 2002

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

mi iglesia.

1 de Diciembre de 1977

MI IGLESIA
Maestra y guía de todas las gentes

Hijo mío, escribe, soy Jesús, continúo con el discurso abierto sobre mi Iglesia pero nada más lejos de estar cerrado; Yo la he puesto en el mundo, en medio del mundo, porque su misión se dirige a todos los pueblos y naciones de la tierra; ella está constituida por el Querer Divino como maestra y guía de todas las gentes; éste es el puesto que Le compete y éste es el puesto que le será reconocido después de la purificación.
Indescriptible es su tarea en este tiempo intermedio entre la primera venida de Cristo a la tierra con el misterio de la Encarnación y su segunda venida, al fin de los tiempos, para juzgar a los vivos y a los muertos; entre estas dos venidas, que revelan, la primera, la Misericordia de Dios, la segunda, la Justicia Divina, la justicia de Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, como sacerdote, Rey y Juez Universal, esta tercera intermedia venida, es invisible, a diferencia de la primera y de la última venidas, ambas visibles.
Esta tercera venida es el Reino de Jesús en las almas, Reino de paz, Reino de justicia, que tendrá su pleno y luminoso esplendor después de la purificación.
Mi Iglesia está puesta en medio de las naciones, pero ninguna nación en el mundo tendrá el derecho de sobreponerse a ella, quien osare hacerlo iría contra los designios de la Providencia divina provocando su indignación. Mi Iglesia tiene en sí todo lo necesario para realizar su divina misión, estando Yo, Jesús, presente en mi Vicario, el Romano Pontífice, estando además Yo, presente realmente, físicamente y personalmente en el Misterio de la fe, la Eucaristía, presente también con la palabra divina, Yo, soy el Verbo eterno de Dios.

Misión salvífica, libre e independiente

Ahora pues hijo mío, es evidente que ninguna autoridad de la tierra puede prevalecer sobre Aquel que es la suma autoridad, Alfa y Omega de todo y de todos, sin la cual ninguna autoridad puede haber. ¡Ninguna autoridad hay, si no viene de Dios!
Dicho y declarado esto, mi Iglesia debe y deberá realizar (como Sacramento de salvación) su misión salvífica, libre e independiente, porque ella es de Dios, porque Dios está en ella; ¡ay de aquellos que por soberbia y orgullo intenten obstaculizar su camino en la tierra, incurrirán en la justa indignación y en la ira de la Justicia Divina!
Mi Iglesia en la tierra, en sus relaciones con las naciones, cultivará el respeto y la comprensión recíproca; en efecto la finalidad es común, el bien del hombre; Mi Iglesia con la edificación de la Jerusalén celeste, las Naciones con la edificación de la Jerusalén terrestre. Ambas ciudades son para el bien común de los pueblos, ambos poderes, el Eclesial y el Civil, si no están corroídos por la soberbia, generadora siempre de envidia y celos, serán como dos rieles paralelos que caminan equidistantes, con el mismo punto de partida y de llegada, separados, pero unidos por las traviesas, como unidos están por las traviesas los raíles del tren, que avanzan juntos sin jamás encontrarse.
Necesariamente las relaciones deben existir entre los dos poderes, uno no puede ignorar al otro; estas relaciones deberán desarrollarse siempre en el ámbito de sus respectivas competencias y respeto mutuo; Dios es extremadamente celoso del Don que forma la grandeza y dignidad humana, o sea, de la “libertad”, todo abuso, toda vejación es un atentado contra la libertad, que no puede sino ser severamente castigado.

Estos hombres, instrumentos dirigidos por Satanás, serán dispersados como polvo al viento.

Mi Iglesia regenerada nunca tomará medidas capaces de herir u ofender la libertad de los demás, o en cualquier forma, no conformes con Su Divino Mandante, así tampoco los poderes, y cuando digo poderes quiero decir las autoridades de cualquier naturaleza, civiles, militares, políticas, judiciales… no podrán excederse de sus límites, haciéndolo romperían el equilibrio de la paz en el mundo, delito grave que grita venganza ante la presencia divina.
Hijo mío, no hablamos de lo que está ocurriendo en el mundo por obra de hombres corruptos y degenerados, habituados a toda infamia, cegados hasta el punto, como su maestro Satanás, de quererse sustituir a Dios, creyendo que pueden destruir las Leyes divinas y eternas, adjudicándose el derecho, que es sólo de Dios y de nadie más en el mundo, como es el de disponer de la vida y de la muerte, obrando de esa manera contra de Dios, Autor de la vida.
Estos hombres, instrumentos dirigidos por Satanás, sumo e irreductible corruptor, serán barridos afuera como polvillo al viento en la hora que inexorablemente se aproxima; entonces se comprenderá que Dios verdaderamente existe y que es cosa tremenda incurrir en su Ira.
Han violado sacrílegamente las Leyes Mías, los Mandamientos Míos, han profanado la Iglesia Mía, han hecho irrespirable el aire con su hedor infernal, pero un fuego del Cielo caerá sobre la tierra y borrará todo vestigio de la locura humana; no quedará, para ciudades y naciones, piedra sobre piedra, hasta que no sea aplacada la ira tremenda de Dios.
Hijo mío, por ahora basta, reza, repara, ofréceme tus sufrimientos, ámame.
Te bendigo y contigo bendigo a las personas que te son queridas.
(“Confidencias de Jesús a un Sacerdote” – Mons. Ottavio Michelini)

ORACION PARA LA TRISTEZA.

Pedid perdón por vuestros pecados. DEL LIBRO DE ORO.

Agosto 6/09 (9:21 p. m.)

Orad, clamad la misericordia de Dios sobre vosotros. Pedid perdón por vuestros pecados y

por vuestras culpas. El Corazón de Jesús es sumamente misericordioso.

Él os liberará de vuestras esclavitudes y os soltará de vuestras cadenas; os pondrá alas de

águila, para que recobréis la libertad de los hijos de Dios.

Descubrid los Misterios Divinos llevando vida de santidad, viviendo en estado de gracia.

Cuando sintáis turbación de espíritu, cuando sintáis tristeza, tentaciones, agobios, orad así:

Señor Jesús: os entrego mi corazón, os pertenece.

Señor Jesús: os entrego mi vida, os pertenece.

Señor Jesús: os entrego mi voluntad, haced de mi vida lo que os plazca.

Señor Jesús: os entrego mis debilidades, tomadme como barro dócil en vuestras

manos, sois mi Alfarero.

Señor Jesús: os entrego mi tristeza, para que la convirtáis en alegría.

Señor Jesús: os entrego mi turbación de espíritu, para que la convirtáis en dulce paz,

suave oleaje.

Señor Jesús: os entrego mis tentaciones, fortalecedme en este momento de prueba;

prueba que será vencida, porque cuento con vuestro Auxilio Divino.

Señor Jesús: os entrego mi pecado, libradme de él; sólo a Vos quiero pertenecer”.

Bendícele, alábale, glorifícale. Muchas bendiciones se pierden por falta de fe. Creed en el

poder misericordioso del Señor y recibiréis grandes gracias.

NI LA CREMACION, NI LA COMUNION EN LA MANO, PROVIENEN DE MI.

¡NI LA CREMACIÓN, NI LA COMUNIÓN EN LA MANO, PROVIENEN DE MÍ

¡LLAMADO URGENTE A LA HUMANIDAD! DADO A ENOC.

Agosto 08 de 2010 2:45 p.m.

Hijos míos, que mi paz os acompañe y la luz de mi Espíritu os guíe.

Ni la cremación de los cuerpos, ni la comunión en la mano provienen de Mí.

De nuevo os digo, polvo sois y en polvo os convertiréis. Tierra a tierra y espíritu a Dios (Eclesiastés 12.7).

Hijos míos, cuando yo hablo de tierra incluyo toda mi creación y en ella a vosotros; os lo repito: el cuerpo después de la muerte terrena debe volver a la tierra de donde salió y el espíritu debe volver a Dios que es de donde proviene.

La descomposición de vuestro cuerpo debe llevarse a cabo por el proceso de la tierra, y no por el fuego. Que esto os quede claro: para que no sigáis pasando por el fuego a vuestros familiares; esta práctica es detestable a mis ojos. Las tribus paganas no sólo inmolaban a sus hijos como ofrenda al dios baal y moloc, sino que también cremaban a sus muertos y los ofrecían a estos mismos dioses; por eso dije a Moisés y a Josué: Mi pueblo no debe imitar las costumbres de estas tribus paganas cuando ocupen la tierra que les daré por herencia, porque todas estas prácticas incluyendo la adivinación, la magia, la consulta de espíritus, etc., son abominables a los ojos del Señor vuestro Dios. (Deuteronomio 18.9.10).

En estos últimos tiempos la masonería eclesiástica bajo la dirección de mi adversario, ha venido implantando entre mis hijos estas detestables prácticas de la cremación y la comunión en la mano; os digo que esto en ningún memento ha sido aprobado por mis vicarios; estas prácticas paganas provienen como os lo estoy diciendo de la masonería eclesiástica que quiere a través de llamado Masterplan, socavar los lineamientos de la fe y la doctrina de mi Iglesia; su objetivo es destruir mi Iglesia. Acordaos de lo que dicen mis palabras: Mi Iglesia está construida sobre la firma Roca que soy Yo, y las puertas

del infierno no prevalecerán contra ella. Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

La Comunión en la Mano

Hijos míos: Mi Cuerpo, mi Sangre y mi Divinidad, sólo pueden ser dados por manos consagradas; os lo repito; sólo por manos consagradas de mis sacerdotes y ministros. Me duele y entristece ver como profanáis mi Divinidad, tomándome con la mano; vosotros mis hijos laicos no sois dignos de ejercer este ministerio de la Eucaristía; esto compete sólo a mis sacerdotes y demás ministros de mi Iglesia. Vosotros mis pequeños debéis de ocuparos en otros menesteres dentro de mi Iglesia, pero nunca dando la comunión. ¡No ultrajéis mi Divinidad, porque soy Yo, Vivo y Real el que se hace Vida en vosotros en la sencillez de cada Hostia Consagrada!. Vuestras manos no son dignas para tomarme. Todos vosotros hijos de Adán traéis cargas intergeneracionales por pecados de vuestros antepasados en la línea paterna y materna, que entran en vosotros en el momento de la concepción; maldiciones de antepasados que la mayoría de las veces os hacen obrar en contra de vuestra voluntad. Hay generaciones enteras con espíritus de resentimientos, impurezas sexuales, adulterios, lujurias, homosexualismos, envidias, ocultismos, brujerías, etc. Ya entenderéis por qué no sois dignos de dar mi Cuerpo y mi Sangre?; diréis entonces que mis sacerdotes también traen estas cargas; tenéis razón en esto, pero con la diferencia que son mis consagrados y sólo a ellos dí la potestad de ejercer el ministerio de la Eucaristía.

¡Noli Me Tangere!. ¡No me toques!. Recapacitad pues hijos míos y dejad que mis sacerdotes ejerzan este ministerio. No ultrajéis más mi Divinidad y no hagáis más llorar al cielo con vuestra actitud. Porque en verdad os digo: De la forma como me tratéis, así también seréis tratados vosotros cuando os presentéis ante Mí. No os hagáis Reos de Culpa, para que no tengáis de qué lamentaros mañana. Soy vuestro Padre, Jesús Sacramentado. El Amado que no es Amado.

ORACION PARA LOS SACERDOTES.

ORACIÓN DE SAN ILDEFONSO DE TOLEDO

Señora mía, dueña y poderosa sobre mí, madre de mi Señor, sierva de tu Hijo, engendradora del que creó el mundo, a ti te ruego, te oro y te pido que tenga el espíritu de tu Señor, que tenga el espíritu de tu Hijo, que tenga el espíritu de mi Redentor, para que yo conozca lo verdadero y digno de ti, para que yo hable lo que es verdadero y digno de ti y para que ame todo lo que sea verdadero y digno de ti. Tú eres la elegida por Dios, recibida por Dios en el cielo, llamada por Dios, próxima a Dios e íntimamente unida a Dios. Tú, visitada por el ángel, saludada por el ángel, bendita y glorificada por el ángel, atónita en tu pensamiento, estupefacta por la salutación y admirada por la anunciación de las promesas.
He aquí que tú eres dichosa entre las mujeres, íntegra entre las recién paridas, señora entre las doncellas, reina entre las hermanas. He aquí que desde ese momento te dicen feliz todas las gentes, te conocieron feliz las celestes virtudes, te adivinaron feliz los profetas todos y celebran tu felicidad todas las naciones. Dichosa tú para mi fe, dichosa tú para mi alma, dichosa tú para mi amor, dichosa tú para mis predicciones y predicaciones. Te predicaré cuanto debes ser predicada, te amaré cuanto debes ser amada, te alabaré cuanto debes ser alabada, te serviré cuanto hay que servir a tu gloria. Tú, al recibir sólo a Dios, eres posterior al Hijo de Dios; tú, al engendrar a un tiempo a Dios y al hombre, eres antes que el hombre hijo, al cual, al recibirle solamente al venir, recibiste a Dios por huésped, y al concebirle tuviste por morador, al mismo tiempo, al hombre y a Dios. En el pasado eres limpia para Dios, en el presente tuviste en ti al hombre y a Dios, en el futuro serías madre del hombre y de Dios; alegre por tu concepción y tu virginidad, contenta por tu descendencia y por tu pureza y fiel a tu Hijo y a tu esposo. Conservas la fidelidad a tu Hijo, de modo que ni El mismo tenga quien le engendre; y de tal modo conservas fidelidad a tu esposo, que él mismo te conozca como madre sin concurso de varón. Tanto eres digna de gloria en tu Hijo cuanto desconoces todo concurso de varón, habiendo sabido lo que debías conocer, docta en lo que debías creer, cierta en lo que debías esperar y confirmada en lo que tendrías sin pérdida alguna.

ORACION DE ENTREGA A JESUS.

ENTREGA A JESÚS VÍCTIMA DIVINA DADO A AAGUSTIN DEL DIVINO CORAZON.

Corazón de Jesús, haz de mí tu víctima y zarza ardiente de amor por Ti, haz que nadie pueda acercarse a mí sin ser quemado.

Corazón de Jesús, víctima pura y santa, haz de mí una vela encendida que arda y se consuma en silencio, para sostener el sacerdocio, a cada uno de los sacerdotes en su lucha.XII 453

Corazón de Jesús, haz de mí holocausto para la redención sacerdotal y universal, sobre el altar del sacrificio con la Víctima Divina y semejante al grano de incienso que el fuego consume para que suba al cielo, para convertirse en gracias de salvación que recaen sobre la tierra y el sacerdocio.

Corazón de Jesús, haz de mí lo que quieras, soy tu víctima; no puedo ya objetar, soy tuyo, ya no me pertenezco.

Corazón de Jesús, vacíame de mí mismo, lléname de Ti, sólo por Ti, yo vivo.

Corazón de Jesús, Tú eres el único a quien considero, Tú eres el único de quien me preocupo de contentar, soy tuyo, tienes por lo tanto derecho sobre mí, todo derecho de usarme y gastarme como quieras, cualquier cosa que Tú hagas conmigo para mí está bien, sólo dame la fuerza del , la perseverancia en el , en tu amor.

Corazón de Jesús, te agradezco por las desilusiones, por las humillaciones, las necesitaba para desprenderme de los bienes del corazón y de la tierra.

Corazón de Jesús, seas bendito cuando me pruebas, me despedazas, me anulas, me consumes, me destruyes, cuanto Tú haces es justo, es bueno y yo te bendigo por mi indigencia, sólo añoro amarte bastante.

Corazón de Jesús, hágase tú Voluntad, lo deseo porque Tú eres mi Buen Señor y yo soy tu propiedad. Vuélveme y revuélveme, trabájame y destrúyeme, quisiera de verdad ser reducido a la nada por amor Tuyo.

Corazón de Jesús, cuán suave es tu mano, también cuando me hieres y me crucificas. Amén.

LOS SACERDOTES SON LAS ESTRELLAS DEL CIELO.

           Los Sacerdotes son las estrellas del Cielo, puestos por Dios para iluminar las tinieblas de la noche y marcar el rumbo que han de seguir los fieles para orientarse hacia el Camino que lleva a la Vida Eterna. Son las estrellas que guían a los navegantes de noche para llegar a buen Puerto. 

        Muchas de esas estrellas ya no alumbran porque el Dragón Infernal ha barrido con su cola la tercera parte de estas estrellas, ya que sabe que así, muchas almas incautas se quedarán desorientadas, y así le será mucho más fácil llevarlas a su rebaño. 

 

Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta

(Advertencia a los Queiruganos; Massiánicos; Künguistas, relativistas y progresistas, Teólogos de la Secularización; y los que se creen elegidos e iluminados)

Dice Jesús:

(…) Vosotros sois un grupo de personas, pero formáis un núcleo, o sea, una sola cosa. Por tanto, sois un complejo que se forma como ente, y que debe de ser estudiado en sus características singulares, más o menos buenas, para formarle, amalgamarle, quitarle las aristas, enriquecer sus lados poliédricos y hacer de él una única cosa perfecta. Por tanto, Yo os estudio incluso cuando dormís.

¿Qué sois vosotros? ¿Qué tenéis que llegar a ser? Vosotros sois la sal de la Tierra; tales debéis llegar a ser; sal de la Tierra. Con la sal se preservan las carnes de la corrupción y no solo la carne, sino muchos otros alimentos. Pero, ¿acaso podría la sal salar si no fuera salada? Yo quiero salar al mundo con vosotros, para sazonarlo de sabor celeste. Pero, ¿Cómo podréis salar si perdéis el sabor?

¿Que os hace perder el sabor celeste? Lo que es humano. El agua del mar, del verdadero mar, no es buena para beber de lo salada que es ¿no es verdad? Y a pesar de todo, si uno coge una copa de agua de mar y la echa en una hidria de agua dulce, puede beber, porque el agua de mar está tan diluida que ha perdido su acritud. La humanidad es como el agua dulce que se mezcla con vuestra salinidad celeste. Aún más; suponiendo que se pueda derivar un río del mar e introducirlo en el agua de este lago, ¿acaso podríais volver a encontrar ese hilo de agua salada? No. Habría quedado perdido entre tanta agua dulce. Esto sucede con vosotros cuando hundís vuestra misión, mejor dicho, la sumergís en mucha humanidad. Sois hombres. Sí. Lo sé. Pero ¿y quien soy Yo? Yo soy aquel que tiene consigo toda la fuerza. Y ¿qué hago Yo? Os comunico esta fuerza puesto que os he llamado. Pero ¿para qué sirve esta fuerza que os comunico si la desparramáis bajo avalanchas de sentido y de sentimientos humanos?

Vosotros sois, debéis ser, la luz del mundo. Os he elegido: Yo, Luz de Dios, entre los hombres, para continuar iluminando al Mundo una vez que he vuelto al Padre. Pero ¿Podréis iluminar si no sois más que unos candiles apagados o humeantes? No. Es más, con vuestro humo – peor es el humo vagaroso que la absoluta muerte de una mecha – entenebreceríais ese vestigio de luz que aún pueden tener los corazones, ¡Oh, desdichados aquellos que buscando a Dios, se dirijan a los Apóstoles y en vez de luz obtengan humo! Sacarán de ello escándalo y muerte. Ahora bien, los Apóstoles indignos recibirán maldición y castigo.

“¡Habéis sido llamados para grandes cosas, pero al mismo tiempo, tenéis un grande, tremendo compromiso! Acordaos de que a aquel a quien más se le da más está obligado a dar. Y a vosotros se os da el máximo, en instrucción y en don. Sois instruidos por Mí, Verbo de Dios, y recibís de Dios el don de ser los “discípulos”, o sea, los continuadores del Hijo de Dios. Quisiera que esta elección vuestra fuera siempre objeto de vuestra meditación, y que continuarais escrutándoos y sopesándoos… y si uno siente que es apto para ser fiel – no quiero ni siquiera decir: “si uno no se siente más que pecador e impenitente”, digo solo: “si uno se siente apto para ser sólo un fiel” – pero no siente en sí el nervio del Apóstol, que se retire. El mundo, para sus amantes, es muy vasto, bonito, suficiente, vario. Ofrece todas las flores y todos los frutos aptos para el vientre y para el sentido. Yo no ofrezco más que una cosa: La Santidad.

Esta, en la Tierra es la cosa más angosta, pobre, abrupta, espinosa, perseguida que hay. En el Cielo su angostura se vuelve inmensidad; su pobreza, riqueza; su espinosidad, alfombra florida; su escabrosidad, sendero liso y suave; su persecución, paz y beatitud. Pero aquí, ser Santo supone un esfuerzo  heroico. Yo no os ofrezco más que esto.

¿Queréis permanecer conmigo? ¿No os sentís capaces  de hacerlo? ¡Oh, no os miréis asombrados o apenados! Aún muchas veces me oiréis hacer esta pregunta, cuando la oigáis, pensar que mi corazón al hacerlo llora, porque se siente herido ante vuestra sordera ante la vocación. Examinaos entonces, y luego juzgad con honestidad y sinceridad y decidid. Decidid para no ser réprobos. Decid: “Maestro, amigos, me doy cuenta de que no estoy hecho para este camino. Os doy un beso de despedida y os digo: Rogad por mi”. Mejor es esto que  traicionar. Mejor esto…

¿Qué decís? ¿A quien traicionar? ¿A quien? A mí. A mi Causa, o sea a la causa de Dios, porque Yo soy uno con el Padre, y con vosotros. Si, os traicionaríais. Traicionaríais vuestra alma, dándosela a Satanás. ¿Queréis seguir siendo hebreos? Pues Yo no os fuerzo a cambiar. Pero no traicionéis. No traicionéis a vuestra alma, al Cristo y a Dios. Os juro que ni Yo ni mis fieles os criticarán, como tampoco os señalarán con el dedo para desprecio de las turbas fieles. Hace poco un hermano vuestro ha dicho una gran palabra: “Nuestras llagas y las de los que amamos, uno trata de mantenerlas escondidas”. Pues bien, quien se separase sería una llaga, una gangrena que, nacida en nuestro organismo apostólico, se desprendería por necrosis completa, dejando un signo doloroso que con todo cuidado mantendríamos escondido.

No, no lloréis, vosotros los mejores, no lloréis. Yo no os guardo rencor, ni soy intransigente por veros tan lentos. Os acabo de tomar y no puedo pretender que seáis perfectos. Pero ni siquiera lo pretenderé dentro de unos años, después de decir cien y doscientos veces la misma cosa…Es más, escuchad: pasados unos años, seréis, por lo menos algunos, menos ardorosos que ahora que sois neófitos.

   La vida es así…la humanidad es así…Pierde el ímpetu después del arranque inicial.

Pero, (Jesús se levanta improvisamente) os juro que Yo venceré. Depurados por natural selección, fortificados por una mixtura sobrenatural, vosotros, los mejores, seréis mis héroes, los héroes del Cristo, los héroes del Cielo. El poder de los Césares será polvo respecto a la realeza de vuestro Sacerdocio. Vosotros, pescadores de Galilea, vosotros, ignotos Judíos, vosotros, números entre la masa de los hombres presentes, seréis más conocidos, aclamados, venerados, que César y que todos los Césares que tuvo y que tendrá la Tierra. Vosotros, conocidos, vosotros benditos en un próximo futuro y en el más remoto de los siglos, hasta el fin del Mundo. Para este sublime destino os elijo, a vosotros que sois honestos en la Voluntad, y para que seáis capaces de él, os doy las líneas esenciales de vuestro carácter de Apóstoles.

Estad siempre vigilantes y preparados. Vuestros lomos estén siempre ceñidos, y vuestras lámparas encendidas, como es propio de quienes de un momento a otro tienen que partir o acudir al encuentro de uno que llega. Y la verdad, es que vosotros sois, seréis, hasta que la muerte os detenga, los incansables peregrinos que van en busca de los errantes; y hasta que la muerte la apague, vuestra lámpara debe ser mantenida alta y encendida para indicar el camino a los extraviados que van hacia el redil de Cristo.

Tenéis que ser fieles al Dueño que os ha colocado en cabeza para este servicio. Será premiado aquel siervo que el Dueño encuentre siempre vigilante y la muerte sorprenda en estado de Gracia. No podéis, no debéis decir: «Soy joven. Tengo tiempo de hacer esto o aquello y luego pensar en el Dueño, en la muerte, en mi alma». Mueren tanto los jóvenes como los viejos, los fuertes como los débiles, y viejos y jóvenes, fuertes y débiles están igualmente sujetos al asalto de la tentación.

          Tened en cuenta que el alma puede morir antes que el cuerpo y podéis llevar en vuestro caminar, sin saberlo, un alma putrefacta. ¡Es tan insensible el morir de un alma! Como la muerte de una flor, sin un grito, sin una convulsión…inclina solo su llama como corola cansada y se apaga.

Después, mucho después, alguna vez, inmediatamente después otras veces, el cuerpo advierte que lleva dentro un cadáver verminoso, y se vuelve loco de espanto y se mata por huir de ese connubio… ¡Oh, no huye! Cae exactamente con su alma verminosa sobre un bullir de sierpes en la Gehena. No seáis deshonestos como intermediarios o leguleyos que se ponen de parte de dos clientes opuestos.

  No seáis falsos como los politicastros que llaman «amigo» a este o a aquel, y luego son enemigos de ambos.  

No penséis actuar de dos modos. De Dios nadie se burla. A Dios no se le engaña. Comportaos con los hombres como os portáis con Dios, porque una ofensa a los hombres es como si hubiera sido hecha a Dios. Desead ser vistos por Dios como deseáis ser vistos por los hombres. Sed humildes. No podéis acusar a vuestro Maestro de no serlo. Haced como hago Yo. Humildes, dulces, pacientes. El mundo se conquista con eso, no con violencia y fuerza.

    Sed fuertes y violentos contra vuestros vicios, eso sí, arrancadlos de raíz, a costa incluso de dejaros desgarrados pedazos de corazón.  Hace unos días os he dicho que vigiléis las miradas, más no lo sabéis hacer. Os digo: Sería mejor que os quedarais ciegos arrancándoos los ojos inmoderados que acabar siendo lujuriosos.

Sed sinceros. Yo soy Verdad en las cosas excelsas y en las humanas. Deseo que también vosotros seáis auténticos. ¿Por qué andarse con engaños conmigo o con los hermanos o con el prójimo? ¿Por qué jugar con engaño? ¡Tan orgullosos como sois y no tenéis el orgullo de decir: “Quiero que no me puedan considerar mentiroso”? Y sed auténticos con Dios. ¿Creéis que le engañáis con formas de oraciones largas y vistosas? ¡Pobres hijos! ¡Dios ve el corazón! Haced el bien castamente. Me refiero también a la limosna. Un Publicano ha sabido hacerlo antes de su conversión. ¿Y vosotros, no vais a saber hacerlo? Si, te alabo Mateo por la casta limosna semanal de la que solo Yo y el Padre sabíamos que era tuya. Y te cito como ejemplo. Esto también es castidad, amigos (…)

El acto bueno es virgen cuando resulta exento de connubio con pensamiento de alabanza y de estima, o exento de soberbia. Sed fieles esposos de vuestra vocación a Dios. No podéis servir a dos señores. El lecho nupcial no puede acoger a dos esposas contemporáneamente. Dios y Satanás no pueden compartir vuestros amorosos abrazos. El hombre no puede, como tampoco lo pueden ni Dios ni Satanás, compartir un triple abrazo en antítesis entre los tres que se lo dan.

         Manteneos al margen del hambre de oro, como de hambre de carne, como de hambre de poder. Satanás os ofrece esto. ¡Oh, sus falaces riquezas! Honores, éxito, poder, abundancias: mercados obscenos cuya moneda es vuestra alma.

Contentáos con lo poco. Dios os da lo necesario. Basta. Esto os lo garantiza, de la misma forma que se lo garantiza al ave del cielo y vosotros  valéis mucho más que los pájaros. Más Dios quiere de vosotros confianza y morigeración. Si tenéis confianza, no os defraudará; si tenéis morigeración, su don diario os bastará. No seáis paganos, siendo de nombre, de Dios. Paganos son aquellos que, más que a Dios, aman el oro y el poder para aparecer como semidioses. Sed Santos y seréis semejantes a Dios eternamente. No seáis intransigentes. Todos sois pecadores; por tanto, quered ser con los demás como querríais que los demás fueran con vosotros, o sea, llenos de compasión y perdón.

No juzguéis ¡Oh, no juzguéis! Ya veis – a pesar de que hace poco estáis conmigo – cuantas veces, siendo inocente, he sido ilícitamente mal juzgado y acusado de pecados inexistentes. El mal juicio es ofensa, y solo los verdaderos santos no devuelven ofensa por ofensa. Por tanto, absteneos de ofender por no ser ofendidos. Así no faltaréis ni a la caridad, ni a la santa, amable, suave humildad. La enemiga de Satanás junto con la castidad. Perdonad, perdonad siempre. Decid: “Perdono, Padre, para que Tu perdones mis infinitos pecados”. Haceos mejores cada hora que pase, con paciencia, con firmeza, con heroicidad. ¿Quién puede deciros que llegar a ser buenos no sea penoso? Es más, os digo: es el mayor de todos los esfuerzos. Pero el premio es el Cielo; por tanto, merece la pena consumirse en este esfuerzo.

      “Y amad, ¡Oh, ¿Qué palabra debería decir para induciros al Amor?! No existe ninguna que sea adecuada para convertiros a él, ¡Oh, pobres hombres a los que Satanás azuza! Entonces, he aquí que Yo digo: “Padre, acelera la hora del lavacro. Esta tierra está seca. Este rebaño tuyo está enfermo. Más hay un rocío que puede aplacar la aridez y limpiar. Abre, abre su fuente. Ábreme a Mí, ábreme. Padre, Yo ardo por hacer Tu deseo, que es el Mío y el del Amor Eterno. ¡Padre!, ¡Padre!, ¡Padre! Dirige tu mirada sobre tu Cordero y sé Tú su Sacrificador”.

Jesús se manifiesta verdaderamente inspirado. Erguido en pié, con los brazos extendidos en cruz, el rostro hacia el cielo, con el azul del lago detrás, con su vestido de lino, parece un Arcángel orante. Se me anula la visión en el momento de este acto suyo.

Los intereses de Dios son

Confidencias de Jesús a un Sacerdote

Mons. Ottavio Michelini

19 de febrero de 1976

NO TENDRAS OTRO DIOS

Te he hablado, hijo, de la necesidad que quien reza se ponga en mi presencia, subiendo hasta Mí con un acto de Fe, de Esperanza y de Caridad.

El hombre debe ponerse ante Mí, no para ponerme ante sí mismo y a su egoísmo, preocupado siempre en pedir cosas materiales, sino que debe recogerse ante Mí, adorando y orando por la glorificación del Nombre de mi Padre, para pedir el advenimiento de mi Reino y para la realización de mi Voluntad.

Al hombre de fe, que hará esto, le será dado todo lo demás.

El primer mandamiento «Yo soy el Señor tu Dios, no tendrás otro Dios fuera de Mí» significa que el hombre, criatura libre e inteligente, debe colocarse en la tierra en el plano justo ante Mí, si quiere encontrar en su peregrinaje terreno, (porque tal es la vida humana, un camino hacia la eternidad) el equilibrio entre las exigencias materiales y las exigencias espirituales de su persona.

La necesidad de lo sobrenatural es tan fuerte en el hombre que, si le faltan estas realidades trascendentes, no tiene felicidad, no tiene paz; el tormento se hace tan grande que lo lleva no raras veces a la desesperación.

Retornar a Dios

El hombre es obra de Dios, y Dios conoce aquello de lo que tiene necesidad. Por eso le ha dado el primer mandamiento que lo pone en el camino donde colocarse a sí mismo en el puesto justo de la economía del Orden universal.

El hombre, salido de las manos de Dios, recorriendo su lógico y natural circuito, retorna a Dios.

Es ésta la lógica de la fe y de la razón que así lo quieren, que así lo exigen.

¿Tú me preguntas cómo? Es simple, hijo mío: haciendo de Dios la primera y suprema finalidad de la propia existencia.

«Conocer, amar, servir a Dios en esta Vida para luego ir a gozarlo en la otra en el Paraíso».

Esto es auténtico, genuino catecismo que la perversión de las mentes y de los corazones, fruto natural de una concepción naturalista de la vida, ha apagado en los cristianos e incluso en no pocos de mis ministros.

¿Quieres un ejemplo práctico de esto?

No muy lejos de tu ciudad, un religioso, que tú conoces, alma consagrada que debería tender hacia la perfección y conocer este catecismo sobre el origen y sobre la finalidad de la vida, sabes que en la confesión absuelve, sin exigir arrepentimiento, todas las impurezas, incluso el adulterio.

Ha borrado de su vida, y de la vida de muchos fieles que se agolpan en su confesionario, no sólo el sexto y el noveno mandamiento, sino todos los mandamientos.

¡Y no es solo aquel desventurado religioso en pensar de este modo!

Pero los obispos ¿no se dan cuenta de lo que está pasando en sus Diócesis? Y, si lo saben, ¿Por qué no tienen el valor de quitar a esos la facultad de confesar? ¿Por qué toleran centros de verdadera corrupción?

Sus intereses

¡Qué lejos están de perseguir la verdadera finalidad de la vida, hoy, cristianos y sacerdotes siempre ocupados, como si ellos fueran los regidores del mundo! Están agobiados en buscarse a sí mismos, a su propio yo.

En apariencia tú los ves llenos de celo y activos, todos atrapados en sus iniciativas. Date cuenta de que he dicho de «sus» iniciativas, no de las mías que son mucho más simples, seguras y luminosas: buscar a Dios con todos los medios disponibles, amar a Dios sobre todas las cosas, antes de vuestros intereses o de los otros.

Los intereses de Dios son:

1. La Gloria de Dios.
2. El Reino de Dios.
3. La Voluntad de Dios.

Servir a Dios excluye el servirse a sí mismo.

Hijo ¿cuántos son los sacerdotes que sirven fielmente a Dios? ¡Los podrías conocer aún tú!

Si a las plantas se les juzga por sus frutos es fácil comprender quiénes sirven a Dios, y quiénes al contrario se sirven a sí mismos esto es, al Demonio. Verás cuántas peras agusanadas caerán todavía, traicionando, apostatando y renegando. Lo veréis con vuestros propios ojos…

Hijo, debo decirte que la necedad humana es verdaderamente ilimitada. Sin embargo sabéis que nadie puede escapar de la muerte «Statutum est hominibus semel morí»(Está decretado que los hombres mueran una sola vez.) y todos sabéis que la muerte no es el fin total del hombre, sino sólo la momentánea separación del alma del cuerpo.

— Pero Jesús mío, ¿y los ateos?

“De palabra son muchos, un número ilimitado. En realidad son mucho menos; de cualquier modo no hay ninguno que frente a la muerte no tenga dudas o perplejidad. Pero Yo te estaba hablando de aquellos sacerdotes que están lejos de poseer aquella sabiduría que hasta los paganos tuvieron. Cicerón decía: «Mors, quam bonum est judicium tuum»(Muerte, ¡qué bueno es tu juicio!).

El pensamiento de la muerte, considerado sabio por los mismos paganos, está alejado del ánimo de esta generación incrédula como algo nefasto y triste. Nadie, salvo pocas excepciones, piensa en la muerte como punto de llegada y como punto de partida.

¡El número de los necios es verdaderamente grande más allá de lo que se puede decir!

Reza y repara. No te alarmes; ofrecerás tu sufrimiento: él Me es agradable. Como incienso perfumado sube hasta mi Trono para luego descender en una lluvia de gracias.

Te bendigo, hijo, y contigo bendigo a los que te son cercanos, que te aman, que colaboran contigo para que sea conocida mi palabra, que es palabra de vida.

(Confidencias de Jesús a un Sacerdote – P. Ottavio Michelini)