recen sin cesar por los sacerdotes.

gosto 11, 1985

Durante mis oraciones, soplaba un viento fuerte con mucho ruido, casi apagando la vela delante de la estatua. Escuché la voz de la Santísima Madre, igual a la del 18 de Julio.

LA SANTÍSIMA MADRE:

Alaba al Señor.

No llores por mis lágrimas. Observa y consuela a mi Hijo Jesús quien tiene una corona de espinas y derrama sangre y sudor.

Recen sin cesar por los sacerdotes. Son ahora como una vela delante del viento. Están expuestos a tentaciones. Las ventanas de los seminarios se quedan abiertas. Por las ventanas abiertas se asoman tres demonios (del orgullo, del materialismo y del deseo de la carne). Cierren las ventanas de los seminarios.

Ofrézcanse en sacrificio por los sacerdotes. Yo también los estoy ayudando. Por lo tanto, apóyenlos siempre, porque ellos son mis hijos más preciosos y más amados.

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