oracion para cuando te veas triste.

«Padre Eterno, por la Pasión de tu Hijo, por lo que El sufrió, por esos dolores tan inmensos, yo me uno a esa Cruz. iOh Padre mío!, iOh Padre Celestial!, mira las llagas de tu Hijo, y dígnate recibirlas para que las almas se abran a los toques de la gracia. Que los clavos que taladraron sus manos y sus pies traspasen los corazones endurecidos por el pecado. Que su Sangre los ablande y los mueva a hacer penitencia. Que el peso de la Cruz sobre los hombros de tu Divino Hijo mueva a las almas a descargar el peso de sus delitos en el Tribunal de la Penitencia. Te pido, Padre Eterno, por todas esas almas.

Por la Pasión de tu Hijo te ofrezco todos mis dolores. También te ofrezco, ¡Oh Padre Celestial! esta corona de espinas de tu amado Hijo; por estos dolores te pido por los sacerdotes: que su vocación sea más grande, que sean puros, que sean buenos hijos de Dios, dignos de consagrar los santos misterios de la santa Misa. También te ofrezco lo que padeció tu Hijo clavado en esa Cruz, su ardiente sed y todos los demás tormentos de su agonía por todos los pecadores, para que se arrepientan de sus culpas y para que por esa perseverancia con que tu Hijo te rogó por los mismos que le estaban crucificando y con esa humildad te pedía: «Perdónalos, que no saben lo que hacen», te ruego concedas a todas las almas que tengan un gran amor al prójimo y que sean fieles a tu Hijo. Sí, Dios mío, te lo ruego porque Jesús me lo pide.»

Cuando te veas afligida, hija, reza siempre esa oración. Cuando te veas triste, encomiéndate a mi Santísima Madre, que Ella te ayudará, hija mía, ¡Cuánto consuelo me das, hija, cuando cumples todos mis mandatos!….

Prado Nuevo del Escorial 11 de diciembre 1981

Deja un comentario